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La linda historia de la Virgen de Caacupé

Cuenta la leyenda que un indígena convertido al cristianismo había ido hacia las selvas del Valle Ytú para la buscar alimentos y madera. En medio del bosque se topó con una tribu que lo persiguió pero él, con su fe pidió ayuda a la Virgen de Caacupé y logró salir con vida del bosque.
El indigena también era escultor, su nombre era José.
Había sido convertido al cristianismo en Tobatí, volvía de las selvas del Valle Ytú con un gran trozo de madera de muy buena calidad, dijo que se había encontrado involuntariamente ante indios de la tribu mbayá (tribu que había decidido pelear contra la colonización española y portuguesa) a los que consideraba muy peligrosos.
José dijo haberle prometido a la Virgen María que si los mbayás no lo atrapaban, esculpiría una imagen de ella y lo veneraría.
Entonces dijo que se le apareció la propia Virgen María en persona que le gritó en guaraní: ¡Ka’aguý kupe-pe! El indio corrió y encontró un grueso tronco tras el cual se escondió. En ese momento prometió que con la madera del árbol protector tallaría la imagen de la Virgen, si es que llega a salir con vida del lugar.
Y los mbayás siguieron de largo sin advertir su presencia y el indio agradecido, en cuanto pudo regresar tomó del árbol la madera que necesitaba para esculpir la estatua de madera.
El tronco le alcanzó para esculpir dos estatuas: la mayor fue destinada a la Iglesia de Tobatí y la más pequeña la conservó el indio en su poder, para su devoción personal.
Fuente: PARAGUAY Y LO NUESTRO

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